Ollas populares y acompañamiento a la movilización del personal público de la salud, visibilizaron que en Jujuy la situación se agrava minuto a minuto.
Sabemos muy bien que EL HAMBRE ES UN CRIMEN, y solo a través de la lucha organizada que se dio desde los diferentes espacios comunitarios, de cada una de las organizaciones que conforman la Central, podremos cambiar esto.
Con la Juventud a la cabeza, nuestra Central sigue dando la batalla por trabajo digno, tierra para producir y asistencia alimentaria, mientras el gobierno sigue sin resolver el problema salarial ni genera políticas públicas que contengan a los sectores más vulnerables, manteniendo los salarios por debajo de la línea de pobreza, que junto a la desocupación creciente, nos lleva a tener cada vez más pibes y pibas sin comer.
Durante la jornada también se planteó la necesidad de terminar con la criminalización de la lucha social, debido a que la persecusión, la intimidación y la condena a quienes se atreven a oponer resistencia al ajuste impuesto por el gobierno, suele ser la metodología predilecta para hacer pasar sus políticas hambreadoras, gracias a las que la minoría de siempre sigue llevándose la mayor parte de la torta.