Este mes inician las clases y nos resulta imprescindible contar para nuestros niños y niñas con los mismos materiales escolares que el resto de la infancia.
Insumos bellos y nuevos para estrenar con alegría. Lápices, carpetas, mochilas, fibras, gomas de borrar, reglas, hojas, cuadernos y todo aquello que permita igualarse banco a banco, salón de clases a salón de clases. Desde el jardín hasta la escuela. En un abrazo colectivo de útiles escolares para que nadie olvide que la infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan -de alguna manera- determinadas durante los primeros años de vida cuando los niños están, día tras día, ensayando sus sentidos.
La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, trabajo, creatividad, justicia y democracia.
Abrazarlos entre todos, con aportes concretos para todos, es un deber y un acto de honda sensibilidad como colectivo humano.